sábado, 7 de mayo de 2011

Carcel de las Islas Marias

Tiene más de un siglo como Colonia Penal. Es única isla en el continente utilizada como cárcel. Alberga a mil 127 prisioneros que viven en campamentos habitacionales. De esa cantidad, 250 tienen familia en la isla.
Es una comunidad con vida propia. Llena de mitos y leyendas urbanas; se han escrito historias, novelas de terror, represión o castigo. Se trata de María Madre, María Cleofas y María Magdalena conocidas como: Las Islas Marías. Se han convertido desde finales de 1980 en un archipiélago ejemplo para la readaptación social de los delincuentes.
Pero también, en la Colonia prevalecen inconformidades por malos tratos, las riñas salvajes y los sucesos misteriosos dignos de cualquier penal,
Ubicada a 110 kilómetros de distancia del Puerto de San Blas, Nayarit, el penal se conforma por lo que se conoce un islote llamado San Juanito y las tres Islas Marías.
El 12 de mayo de 1905 fue constituido como colonia penal bajo el régimen de Porfirio Díaz. En la Isla Madre es donde se encuentran los prisioneros distribuidos en 13 campamentos.
El 27 de noviembre de 2000, por decreto presidencial se establece que la Colonia Penal se convierte en Área Natural y Reserva de la Biosfera.
Esa acción derivó en el descuido del mantenimiento y protección de las instalaciones que generó una tendencia al desmantelamiento, según reportes de la Secretaría de Seguridad Pública. La isla es vigilada por 80 elementos de la Marina y 49 custodios.
“Pero la seguridad de la isla son los tiburones y el mar”, aclara Julio Lomelí, coordinador general de los de los Centros Penitenciarios Federales entrevistado en la isla.
En la historia del penal, se tiene registro de 70 fugas de colonos. No se sabe si sobrevivieron en el mar o cuál fue su destino.
La Asociación de Editores de los Estados fue invitada por la Subcomisión de Atención a Centros Penales de la Cámara de Diputados, encabezada por el diputado sonorense Carlos Navarro Sugich, a visitar el enigmático penal.
No cualquiera entra…
Los matones, asesinos en serie, guerrilleros, secuestradores, violadores o el jefe de la mafia, ya no caben en las Islas Marías.
Desde principio de los años ochenta dejaron de llegar. Otros dicen que fue desde los setenta y unos que en los novente. Lo cierto es que ahora sólo delincuentes de baja peligrosidad ingresan y habitan la Colonia. O bien, internos por asesinatos que tienen más de 15 años en la isla. No más.
Los colonos de Las Marías ya fueron sentenciados. Todos están cumpliendo condenas.
El primer requisito para ingresar a la isla es tener un bajo perfil delincuencial, no ser adicto a las drogas, tener de 20 a 50 años de edad, ser condenado con un máximo de 15 años de castigo, no ser discapacitado y estar sano física y mentalmente.
Otro requerimiento de ingreso indispensable es que el interno tiene que estar de acuerdo con su traslado, ser casado o concubino fijo para poder tener a familia, no haber sido policía o servidor público y tener un perfil socioeconómico medio o bajo. Éstos son los puntos principales que requiere un sentenciado para poder estas en la colonia.
Juan Francisco Bernal, director de Seguridad de las Islas Marías, afirma que en la colonia se vive un ambiente tranquilo.
“Aquí no hay hacinamientos ni los problemas de los demás penales. En tres años que tengo se ha presentado sólo una riña al año y son controladas”, señaló.
“Los problemas de enfermedades de la Isla son: infecciones normales, gripes, problemas estomacales, nada grave”, aclaró.
“Aquí viven dignamente los colonos”, afirma Bernal.
Los presos coahuilenses
Hasta enero de este año, 18 prisioneros de las cárceles de Coahuila han sido trasladados a las Islas Marías. Esta cantidad coloca al Estado en el número 17 de 25 posiciones de entidades que incluye a internos provenientes de los Estados Unidos. La colonia cuenta actualmente con mil 127 prisioneros de los cuales 74 son mujeres y existen 250 familias.

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